El éxito del proyecto reside en la unificación visual y de uso de las dos plantas del local, que previamente eran percibidos como espacios totalmente segregados.
Nuestra estrategia ha sido apostar por la unión mediante el vacío. Este vacío se materializa en un vestíbulo de acceso en doble altura y paralelo a la fachada, que se genera rompiendo el forjado de la planta primera, y en el que además disponemos el nuevo ascensor. Con un cerramiento e iluminación adecuados hemos reforzado la percepción vertical del espacio a viandantes y a usuarios, estimulado la imagen comercial del local, y conseguido una distribución más uniforme de la luz natural.
La planta baja da la bienvenida a los pacientes. La actividad principal de consultorio médico discurre en la planta primera, que tiene muy poca altura libre y mucha profundidad desde la calle. Hemos diseñado un techo cuya geometría rompe con la linealidad del espacio, lo cual, sumado a la disposición quebrada de las mamparas que dividen las consultas, difumina la sensación de pasillo.
Los materiales principales elegidos, como el acero galvanizado o el vidrio, tienen un carácter limpio y neutro, y capacidad de reflejo y transparencia. De esta forma optimizan las condiciones de luminosidad del espacio, y potencian la imagen de marca mediante la repetición envolvente del color corporativo en el suelo continuo.